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Ello implica que un grupo gigantesco de personas, vean denegadas sus peticiones de operación o medicamentos por los médicos del seguro. En el documental, encontramos el ejemplo de una chica, cuya operación para un cáncer cervical es denegada, con la justificación de que es demasiado joven, y a esa edad no es común sufrir ese tipo de de enfermedades. Por lo que el seguro decidió no hacerse cargo. También tenemos personas en cuyos diagnósticos se les deniega la posibilidad de ser operadas, por que las enfermedades no presentan riesgos para su vida. Personas que mueren de un tumor cerebral a los dos años de haber sido diagnosticadas, por ejemplo.

Pero y si “la flauta suena” y conseguimos una magnífica operación y rehabilitación pagada por el seguro. ¿? Aun no estamos a salvo, ya que la odisea de evadir el pago no ha terminado. En ese caso, las maravillosas empresas aseguradoras tratan de conseguir la cancelación de ese gasto y que su dinero les sea devuelto, ¿Cómo? Tienen a su disposición un maravilloso grupo de personas, encargadas de buscar una falla en la solicitud, o una condición preexistente que no conocíamos al rellenarla. Buscarán en las historias médicas de los pacientes, a conciencia, para elevar las cuotas, o en el peor caso solicitar la devolución. Es el caso de una mujer que tuvo que someterse a una operación, y tras haber pasado un tiempo, se le reprochó haber sufrido una enfermedad venérea de bajo riesgo, creo recordar que hacía referencia a algún tipo de hongo o de estupidez por el estilo, que sufrió años atrás. Y por culpa de la cual se vio obligada a abonar los más de siete mil dólares que le costó la operación que en un principio fue asegurada.

Otro testimonio escalofriante, fue el de una mujer cuya hija pequeña se encontró con una fiebre muy alta una noche, ella llamó al número de atención sanitaria que rápidamente envió ambulancia, desde el hospital en el que fue trasladada, se llamó como es obligado hacer, al seguro, desde el cual se dicto la orden de que la niña solo podía ser atendida en un hospital del seguro, y no en aquel en el que estaba sino, ellos no se harían cargo. La mujer solicitó la ayuda, que le fue denegada en aquel hospital, y tuvo que esperar a que una ambulancia del hospital de su seguro (los viajes en ambulancia también se pagan, aunque estés inconsciente y no puedas declarar) fuera a buscar a su hija, llevarla al centro correspondiente, tratarla de un paro cardiaco que sufrió en el viaje, para finalmente y tras todo el esfuerzo ver morir a su hija.

Pero, ¿y cuando te tratan y no tienes seguro, ni dinero para pagar?. Esto ya es menos común, pero también la cifra es alarmante por el simple hecho de superar al número cero. En ocasiones, cuando se introduce en un hospital a una persona herida que no puede hacer frente a la factura, se les mete en un taxi, y se les deja abandonados en la puerta de otros hospitales de la ciudad. En el momento en el que vi las imágenes de un coche dejando a toda prisa a una mujer semidesnuda en mitad de una calle, y salir corriendo, me quedé pensando en que tipo de sociedad se está convirtiendo una en la que se realizan ese tipo de actos contra la vida de las personas. Dejar morir a miles de personas por el mero de hecho de “hacer negocio” hace que sienta una gran vergüenza por esas personas y por ese tipo de sistema. Es increíble de verdad que cosas así sucedan en el mundo.